Los Campos Elíseos
a Carla
Tu sonambulismo en las vigas de mis terrores es infundado. La decrepitud espera en las bancas de los parques, rodeada de mujeres desnudas y ancianos muertos. Yo comparo la jovialidad de aquellas meretrices con la piel de los hombres que ya vivieron; su dualidad me fascina y repugna a la vez. Todo sucede de noche, cuando las lámparas brillan más que nunca y muestran una belleza macabra y grotesca, durmiente, que alimenta los instintos primarios de los seres matutinos que, a saber, resucitan cada mañana cuando una mujer se desviste ante sus ojos. Ellos pagan con miradas; ellas lloran por dentro.
por: Lalique