Si il Enzio
Al mismo
Suena la melodía de aquel que jamás existió entre notas de desasosiego y tu desprecio inmortal. Si es que ese nombre está escrito entre las cuerdas de los lejanos clavecines, la displicencia sobrevolará los fuegos propiciados por la atadura perpetua y el deseo de no verte jamás; como cuando volvían las corrientes de los llantos musicales bajo la atmósfera azul y decolorada. Es todo tan perfecto, tan escéptico e inocente que ya desgarró las inscripciones de tu fiereza infiel; el silencio ha terminado.
Lo que agobia el desencanto es tu apatía tan fría, vilmente atroz. El designio.
Las rosas caen bajo tu techo, el esplendor está dominado. Cuando más suenan los pasos, cuando más cante el silencio, más demorará en dormir. Las teclas del piano roto han dejado de susurrar por efecto de tus alucinógenos malditos, como aspirinas de cristal y garabatos de oro que aún guardo distanciados sobre el farol. Si es que todo es imperfecto y la gracia nunca existió, entonces ambos ojos adquirirán el perfecto esplendor de las RE enclaustradas en tu habitación
Es todo silencio.
Va volando la partitura bajo tu ambiente inmóvil. Mi resistencia es leve y sé que no podré verte jamás… así son los silencios. Cruelmente desvaríos, cruelmente una traición.