20 de noviembre de 2006

Sr. Lalique

En las noches suelo hablar con el señor Lalique. Es una conversación tácita en donde él no dice nada y yo tampoco; tal como el verdadero y Marcela. Me importa poco que sepa lo que estoy pensando e intuya cada uno de mis movimientos, fobias, secretos; es casi como si estuviera flotando encima de la habitación, del teléfono, del msn, de la ventana, de todos lados.
Cuando lo mando al infierno sólo pone tres puntos. ... . Me hace recordar a cada señor, a cada señora que habitó en mi petulante y miserable existencia; Dina, el señor Lalara ri lalalala, Ramos, Incesto... y ahora *. El "no me río despóticamente" que ha cogido de mi diccionario frasésiko; el "lo admiras porque no puedes *"; la "carga negativa de tu equilibrio infundado". Absolutamente todo. Cuando lo llamé invertido soltó esa carcajada de oro de la que tanto escribió Darío, y no dijo nada. Creo que sabía lo que yo estaba pensando. Entonces pasamos a hablar de los pueblos antiguos, y misteriosamente surgió el nombre de *; Lalique hizo aquellas preguntas incómodas sobre los iconoclastas y luego volvió a soltar los tres puntos. No pude evitar aborrecerlo.
Hace unos días me dijo algo cierto. Estaba yo hablando acerca de Ivich, y él volvió a reír. Aquella carcajada maldita, prolongada, clara, directa, satírica, burlesca; "te idolatras demasiado, no serías capaz de aguantar a nadie". Su voz llenó toda la habitación; su voz resonó desde el celular y un silencio lo invadió todo.
Señor Lalique, lo aprecio.
No puedo evitarlo. No es el mismo caso, la misma situación que ocurre con el omnipotente X; ni la fascinación y el respeto que siento por *.
Es un sentimiento gris, arenoso, realista. Sin mentiras ni idealizaciones. Sólo la verdad.

2 Comments:

Blogger Deicidio said...

No me cae bien el Sr. Lalique, mejor me cae 4E.

4:46 p. m.  
Blogger cbob said...

4E es excelso, demasiado virtuoso.

El Sr. Lalique, simplemente real.

8:03 p. m.  

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